Las mujeres de mi vida: Gertrudis forever/escrito por PABLO RUIZ

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Imágen de Las mujeres de mi vida: Gertrudis for everLa sátira ha sido siempre una forma muy interesante de plasmar los problemas que junto con la comedia pueden deslindar temas existentes alrededor de la sociedad, o mejor aún del mundo al que nosotros tenemos acceso.

El inicio: El señor Charly Emulsión Moreno, ha ganado el concurso del Teatro de la Reality que entre otras cosas el premio fue una plancha y la oportunidad de contar el historial de fracasos amorosos; así fue como comienza la obra, connotado de un gran salto al pasado; y a medida que la obra continuaba surgiendo desde la fuente de sodas “Broken Dreams”, es decir sueños rotos, se notó hacia dónde iba caminando la trama de la misma, porque la madre de Charly al recibir una llamada alentadora en la que habían encontrado a su esposo y padre de Charly salió de su aposento para ir a dar con él, sin embargo olvidó que su hijo iba a quedar en la soledad, a lo cual solo desparramó algunos consejos acerca de encontrar mujer, la caducidad de su “mertiolate” y el cuidado del bar, tomó su abrigo y sin paso tambaleante se marchó, a partir de esta situación creo que las dificultades para amar y sobrevivir en regímenes totalitarios y democráticos fueron presa del protagonista que evidentemente fue Charly.

De cierta manera creo que siempre fue notorio que “El Santo” (luchador mexicano) era el padre de Charly, no obstante la manera en la que se revela su identidad casi al final de la obra exalta esa figura latinoamericana de padre: dinero, borracheras y empleo desmericible a parte de increíble; por lo tanto la crisis de la masculinidad latinoamericana que se refleja y agobiaba a Charly por sus fracasos amorosos se agrava aún más y es entonces que la opulencia no puede dar más y la muerte presente como la más bella mujer dignifica el lecho al que va a acudir y se entrega. La parición de los zombies y de sus distintas denominaciones por medio de los crucigramas, como una intertextualidad le da realce a la obra.

A riesgo de sonar simplicista puedo alegar que es la historia del latinoamericano promedio, inundado por la ternura de su madre, desamparado por las excusas de su padre, deambula por la vida sin conocer el amor, solo se topa con la paranoia “colombiana”, el interés “argentino”, la frialdad “árabe” entre otras, es expropiado de su propiedad gracias a engaños, está rodeado de zombies, su “mertiolate” al parecer ha caducado y su salvación fue la muerte.

Para concluir mi comentario puedo añadir que a parte de que en mí esta obra particularmente me hizo reflexionar sobre el desastre amoroso, los regímenes totalitarios y democráticos; me hizo pensar que el paso del tiempo tal vez haga madurar a las personas y que la monotonía pueda que con suerte llegue pero en realidad los sueños se acaban, la vida pertenece al que busca más allá no al zombie enredado en la dependencia, es claro que nadie tiene los parámetros para medir al amor, pero aún es más claro que si existen los parámetros para medir la decepción.

Finalmente desearía señalar u aspecto negativo que encontré en la obra, que va con el progreso de la trama, porque con el paso de la misma se vuelve más predecible y las escenas pierden toda su gracia por la trama tan poco inhóspita, interesante porque el final devela poca sensación de llenura para con la obra.

Pablo Ruiz R.

6° “B”

(pequeño problema para publicarlo por lo que sale firma de Julio Sánchez)

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